Dicen que «cuando la motivación es
intrínseca, una persona se mueve a actuar por la diversión o el reto que
implica más que por piques externos, presiones o recompensas.» (Ryan y Deci,
1989).
Un entorno bien diseñado que facilita lo
colaborativo, lo comunicativo y el aprendizaje activo crea un sentido de
confianza, seguridad y camaradería. Cada alumno habla y comparte con los
demás: con sus compañeros, con un grupo y en una discusión con toda la clase.
Cada alumno llega a ser parte de un grupo, de una comunidad de aprendizaje.
Cada uno forma parte de algo. Un entorno físico de pertenencia asegura
un aprendizaje centrado en el alumno.
Los errores pertenecen al trabajo entre
compañeros o al grupo, no son individuales. Finalmente, a través de una
práctica antes de la actuación, los alumnos esperan poder preguntar
y recibir información para compartir con los demás. Cuando los alumnos se
habitúan a superar los retos satisfactoriamente, el aprendizaje llega a ser
divertido y su motivación intrínseca.
Doce consejos para crear una clase colaborativa y comunicativa
1 Usad letreros con los nombres de los
alumnos
desde el primer día para aprenderlos más rápido. Llamadles por su nombre habitualmente.
Mirad a los alumnos a los ojos cuando les llaméis. Estableced un contacto visual
frecuente con todos ellos.
2 Cread parejas y grupos de cuatro con
diferentes
niveles de preparación.
3 Cambiad la disposición de los asientos
cuando
sea necesario, pero aseguraos siempre de que los grupos tienen diferentes
niveles de preparación.
4 Ofreced a diario actividades de
aprendizaje activo que requieran una interacción en la que los alumnos
utilicen situaciones de comunicación de la vida real y que puedan crear y
preguntar por asuntos de la vida de cada uno.
5 Incluid muchas actividades del tipo
“intento conocerte” para consolidar el sentido de comunidad.
6 Animad constante y específicamente la interacción de los
estudiantes.
7 Estableced una rutina de “práctica antes
de la
actuación”, que permita que los alumnos menos preparados respondan adecuadamente
frente a sus compañeros y que todos los alumnos participen.
8 Enseñad conceptos más que reglas. Ofreced oportunidades para
que, en pareja o en grupo, exploren y descubran conceptos a través de imágenes
o modelos antes de explicarlos.
9 Pedid a los alumnos que expliquen sus
descubrimientos
antes de que vosotros los aclaréis.
10 Animad a los alumnos de manera significativa. “Excelente
pronunciación” en lugar de usar solo un “¡Excelente!” Animadlos a elogiarse
entre ellos (“¡Choca esos cinco con tu compañero!”).
11 Mantened a los alumnos atareados con continuas actividades de
aprendizaje activo, de transición, cortas y participativas.
12 Estableced un entorno donde el aprendizaje
nunca acaba y donde el “he acabado” se convierta en un “estamos haciendo una actividad
más mientras otros terminan.”